BICENTENARIO
Bicentenario
A quien corresponda, o mejor dicho,
a cada uno de los que les corresponde
Comprensiblemente
usted deberá hacerlo,
aunque no esté escrito,
es parte de su tarea,
de su jerarquía, de su respetable
labor de funcionario:
usted tendrá que hablar
de los valores de Mayo,
de Igualdad, de Libertad.
(aquí, fácilmente,
yo podría hacer uso
de un rebuscado anacronismo
y decir que si Moreno
lo conociese, por lo menos,
lo mandaría fusilar,
pero no se preocupe,
yace tranquilo
bajo el Atlántico)
Y claro, como es su deber,
tácito deber de funcionario,
nacional, municipal, estatal,
usted va a hablar.
Se va a llenar la boca
de palabras altisonantes
que, probablemente,
contradicen lo que usted
hace, o hizo, para estar ahí,
hablando,
pero esto ya excede
lo que iba diciendo,
decía
usted
va a hablar
y hasta es posible que diga
“aún falta mucho por hacer”
y cosas similares
porque tampoco es gil
y por eso
quería advertirle, señalarle, sugerirle,
que tenga cuidado,
porque puede ser
que no sea tan fácil
hablar de Igualdad
si, pongamos por caso,
un hermano
duerme en la calle, revuelve la basura, muere de hambre.
Y si ese hermano se multiplica
por cien, por mil
no podrá ser fácil ved
en trono a la noble Igualdad,
puede que se le caiga la cara
de vergüenza,
y usted mismo se la pise.
Y ni hablar del grito sagrado,
porque está bien que usted,
como tantos, crea que la Libertad
es poder elegir entre comprar
este teléfono celular, aquel auto,
ese televisor,
pero mire que las rotas cadenas
son otra cosa.
Y aquí,
no le advierto, no lo prevengo,
aquí espero, deseo, anhelo,
le falte el aire.
Que cuando vaya a nombrar
la Libertad, simplemente,
no pueda, se ahogue, se le cierre la garganta,
que el peso de cada niña, niño, mujer, hombre, viejo,
que no tiene libertad de vivir dignamente
le pese, lo aplaste., reviente.
Que todo el dolor de la indignidad,
la humillación del que no tiene nada,
la tristeza del hambre que mata,
le explote dentro
como un mal irremediable,
que gangrene, reseque, pudra,
su tácito deber de funcionario
para que, simplemente,
no pueda
nombrar
la libertad
que nos falta
que acá
no hay nada
por festejar.
0 comentarios