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MANIFIESTA

Importan dos maneras de concebir el mundo

“Importan dos maneras de concebir el mundo.

Una, salvarse solo,

arrojar ciegamente los demás de la balsa

y la otra,

un destino de salvarse con todos

comprometer la vida hasta el último náufrago…”

(Hay un niño en la calle, Armando Tejada Gómez)

 

I

 

En general uno sabe.

 

Uno sabe

que esta sociedad

no anda.

 

Y, también en general, uno

olvida.

Olvida y trata

de dormir.

 

Pero la ciudad

nos despierta

con el ruido sordo

de la muerte

que nos ronda.

De la muerte

que insiste

en golpear,

siempre,

donde más

duele.

 

Y ya

no es posible

dormir,

esta noche

ni las que vienen.

 

Porque ese ruido

sordo de la muerte

es el motor

de esta sociedad,

que vive del triste

combustible exprimido

al esclavo emigrado

 

que ahora duerme el injusto sueño de su breve vida, desterrada, explotada, ahogada, matada, por el motor de esta sociedad que sí anda

                                                                               que sí anda.

 

En la silenciosa noche urbana habrá que empezar a escuchar.

 

II

 

Rastrear el sordo ruido de la muerte

que corre silencioso bajo nuestro

olvido, que pudre la vida dentro

de cada promesa de mejor suerte.

 

Perseguirlo hasta encontrarlo, inerte

en su oficio, eficaz y siniestro,

tenaz en su tarea de secuestro

infame, con que crece y se hace fuerte.

 

Y allí golpear la infamia del que explota

al muchacho del almaespalda rota

que sostiene con su muerte la vida

 

de unos cuantos patrones homicidas

y de la ciudad que cree progresar

impune de su costumbre de matar.

 

 

III

 

Bregar por un destino de salvarse

con todos y comprometer la vida,

hasta el último náufrago, parida

en la esperanza de poder alzarse.

 

En la esperanza de poder alzarse

sin abandonarnos en la subida,

sin dejar ninguna vida partida

hundiéndose sin poder realizarse.

 

Y empezar, de una buena vez por todas,

a sumarnos las manos sin demoras,

rumbeando hacia un destino de salvarnos

 

con todos, de crecernos, de cuidarnos.

Que urge encontrar otro camino.

Que urge construir otro destino.

federico mercado

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