Sobre las virgenes
En el día de la virgen. A todas ellas, ahí va…
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Su refugio es la noche, o la tarde que ya se acaba. Nadie se referencia en ellas, son parte del sumidero de la historia, escuchando historias de amores rotos, curando corazones por 5 o 10 minutos, pocos las quieren, solo sus hijos saben de su esfuerzo, curando el corazón ajeno.
Si tuviéramos el coraje de esas vírgenes, que no seríamos capaces de hacer.
La noche enseña sueños de gente despierta, otros sueños de los que sueñan los durmientes, que realidades dispararan esos sueños, que solo el gueto oye. Ahí van con sus vestidos de fiestas negras, provocando todo lo oculto.
Ellas son el resumen de todo lo oculto, cuanto dolor deben tener sus orejas, cuanto, quien se podrá atrever a resumirlo.
Llegará la noche, en que sus sueños, sueñen dulces cosas, ya sin las necesidades de cubrir el dolor ajeno, que en el acto de la escucha cura.
Que diferencia con nuestros trabajos, nosotros oímos desde el lugar aceptado, de escuchar para saber que decir, ellas solo escuchan los dolores ajenos, quién las escuchará a ellas, y qué será que contestan en sus citas de cura.
Cuando se junten las escuchas, nos acercaremos a una noche que será para todos, donde los sueños, dejen de ser secretos, para llamar a que todos marchemos en las murgas que queramos.
Vale, salud para ellas!
Leandro Otero
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